miércoles, 7 de mayo de 2008

Quiero creer en Banksy

sacado vilmente de la revista urbana y experimental "Home"

Hoy os voy a hablar un poco de este artista callejero, del que nada de lo que hayáis podido escuchar es cierto, y del que nada de lo que podáis leer en las siguientes líneas es completamente falso. ¿qué estaba diciendo? Da igual.
Para los que nunca hayáis oído hablar de Banksy deciros que se debe de tratar de una única persona, con mucha probabilidad inglesa y que pinta por las paredes de las ciudades del mundo. Todo lo demás: que si es un vendido por subastar en Shotebys, que si es la voz de los olvidados, que si es el mejor artista británico vivo, o que si es el hijo secreto de una reina menopáusica, es mentira, o al menos no es totalmente falso. Me he vuelto a perder. Da igual.
¿A quién puede importarle la motivación de un artista? Desde luego a mi no, y a vosotros cultivados lectores y lectoras gafapastas seguro que también os la pela. Lo importante es lo que hace, no es que el fin justifique los medios, sino que pasamos de los medios y del fin y nos quedamos con el envoltorio. Y el resultado es una serie de golpes de colores apagados que irónicamente iluminan el entorno urbano. La magia de Banksy radica en el contraste, de formas, colores u opiniones. Da igual.
Todo vale, lo que cuenta es llevar la contraria a la sociedad establecida. Lo que hay que hacer es ser políticamente incorrectos y denunciar a esos conformistas que plagan las ciudades. Pero eso sí, hay que hacerlo bonito. Es complicado tener la responsabilidad de pintar sobre el mayor lienzo que ha concebido la humanidad y tener que hacerlo bien... Y así se pierde frescura, o tal vez no, porque al planearlo con gran perseverancia y antelación la obra final queda como la habíamos imaginado, es decir: fresca y original. ¿pero no habíamos dicho que no dejaba cabos sueltos? Da igual.
Así que por un lado tenemos el lado más anárquico de un artista y por el otro lado tenemos el lado más conformista de quien ha dicho que sólo desea ser un inconformista, como el resto del mundo. El lado que da al público es el lado fachada del edificio pintado por Banksy y es estético y encaja en los lados de la calle para el que ha sido creada la obra, integrándose en un gigatesco cubo de Rubik donde todos sus lados son grises menos en el que hay un grafitti. O no. Da igual.
En la lucha por ir contra corriente se ve inmerso en ella. La humanidad es una masa que absorbe todo lo que ella misma produce, y de lo que en un principio era una marca original, única, surge un producto comercial que ya no puede volver a su fuente... Quiero creer en Banksy y pensar que al final logrará luchar contracorriente y volver como los salmones. Ojalá, porque de vez en cuando el mundo necesita de esas vocecitas que le ayudan a girar en el otro sentido. O tal vez no, o yo que sé. Da igual. Disfrutemos con el espectáculo.

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